Paga dos y lleva tres
Publicado: el 9 abril, 2019 por AdminKonrad / Konrad Lorenz
Esta es la historia de dos matemáticos que resultaron siendo tres. Dos matemáticos que vivieron en países vecinos, que nacieron uno después del otro, pero que tuvieron una vida totalmente distinta. Uno de ellos vivió con comodidades que para el otro estaban fuera de una realidad racional – o al menos en lo que su contexto se refiere -. Aun así, cada uno tuvo que enfrentarse a una sociedad que poco valoraba el conocimiento matemático. Esta es la breve historia de Auguste Le Blanc y Karl Friederich Gauss.
Auguste nació en París, Francia en el año 1776. Karl nació en Brunkswick, Alemania en el año 1777.
Auguste vivió con una familia de clase alta. Karl nació en el seno de una familia humilde. A pesar de que este último mostraba un gran talento para las matemáticas, poco fue apoyado por su padre, pues quería que su hijo aprendiera a trabajar con él, con el objetivo de superar su pobreza económica en algún momento. Gracias a la intercesión de su madre y de sus maestros, Gauss logró desarrollar sus habilidades y conocimientos, independientemente de la difícil situación económica que estaba viviendo, y por las críticas de algunas personas como su padre, también fue señalado por no escoger una carrera afín a la producción de bienes y servicios, o, dicho de otro modo, por no ajustarse al sistema.
Contrario a ello, Auguste vivió con una familia que no sufría de problemas económicos; su padre era un burgués liberal con estudios nada comparados al padre de Gauss. Le Blanc se refugió en los libros de su padre, especialmente, se recuerda a “Historia de las matemáticas” de Jean Baptiste Mantucla, debido a que este fue el libro que despertó el interés por la matemática en Le Blanc. Aunque los problemas que tuvo que enfrentar este matemático no eran meramente económicos, sí que tuvo que enfrentar a su familia, quienes no le dejaban estudiar: le dejaban sin luz, le quitaban la calefacción, etc., y aún así, Le Blanc continuó con su pasión por la matemática, hasta que sus padres lograron comprender que realmente él tenía un interés enorme por la ciencia, a lo que terminaron aceptando y respetando su espacio de estudio.
Si bien los dos matemáticos resultaron estudiando matemáticas, hay una gran diferencia entre las universidades donde estudiaron Gauss y Le Blanc, pues este último no pudo entrar a la universidad, por más de que sus conocimientos fueran de un nivel impresionante: Le Blanc no era ningún hombre, era una mujer. Sí, una mujer cuyo nombre real era Sophie de Germain, por lo que sus problemas para entrar a una institución de educación superior fueron más bien sociales y culturales, juzgada no sólo por el hecho de ser mujer, sino por no haber querido tener hijos y por dedicarse a la ciencia pura. Sophie fue una matemática autodidacta y muy respetada por el gremio científico – aunque inicialmente firmaba como Auguste Le Blanc para poder ser aceptada -, gracias a sus aportes, reconocidos mucho después de su autoría.
Ilustración 3. Carta de Sophie Germain donde le confiesa a Gauss su verdadera identidad. Tomado del libro Sophie Germain: las matemáticas como pasión de Laura Sánchez.
En cuanto a los aportes hechos por estos matemáticos, los de Germain o Le Blanc están relacionados con teoría de números y la teoría de la elasticidad; uno de lo más importantes fue un estudio de los números primos. Respecto de los aportes de Gauss, vale la pena señalar que estos iban encaminados al análisis matemático, la geometría diferencial, estadística, teoría de números, entre otros; se conoce por la representación gráfica de los números complejos, el álgebra de congruencias, funciones elípticas y el teorema fundamental del álgebra.
Como se mencionó anteriormente, tanto Sophie como Gauss hicieron aportes a ramas similares – como en teoría de números – y aunque tuvieron vidas totalmente distintas, ellos mantenían conversaciones constantes, por medio de cartas en las que Germain le daba a conocer sus descubrimientos a Gauss, y este la retroalimentaba. Inicialmente, estas cartas estaban dirigidas a Gauss bajo el pseudónimo de Auguste Le Blanc, sin embargo, debido a un período de guerra donde Sophie sintió que la vida de Gauss estaba amenazada, consiguió que un militar lo protegiera, pero luego se vio obligada a confesar su verdadera identidad de mujer (Ilustración 3). Sin embargo, Gauss recibió muy bien la noticia y terminó elogiando su talento y su genialidad.
Para concluir, vemos que a pesar de que estos ‘tres’ matemáticos vivieron en la misma época, esto no significó que su contexto fuera similar, cada uno se enfrentó a situaciones decisivas en su vida como matemático/a y así, lograron aportar con sus conocimientos y dejar su nombre en alto en el mundo de la ciencia.
Leidy Catherinne Sánchez Ascanio
Programa de Matemáticas
Fundación Universitaria Konrad Lorenz