Reflexión pasajera de un estudiante

Según el profesor Campos [1], los pasos para comprender una teoría son: dar ejemplos, contraejemplos, resolver ejercicios, problemas y por último, proponer problemas, los cuales son muy buen comienzo para el aprendiz no iniciado, estos pasos son un camino para recorrer sin prisa y con deleite, son un sendero que lo conducirá a niveles superiores y claro, al ensanchamiento de la comprensión de la teoría estudiada.

En contraste con nuevas escuelas, metodologías y corrientes educativas es importante el concebir la investigación como la última etapa de la formación integral de un matemático, como también para otras profesiones; esto con el fin de impulsar la mayor cantidad de conocimiento, ya sea para una aplicación práctica o mejor aún, para enriquecer una teoría desde sus fundamentos, y de ser posible, llevarla un paso más lejos, es decir, encontrar una pregunta sin respuesta con anhelos de apadrinarla, hacerla propia y responderla de manera contundente.

En este punto quiero plantear una pregunta, de manera prudente y sin esperar por ahora encontrar una respuesta, pero aunque usted lector entusiasta se sentirá decepcionado, quiero invitarlo a acompañarme en mi breve viaje: ¿Es la investigación un proceso que madura lentamente despertando a quien investiga a una nueva interpretación de un asunto ya estudiado que demanda y requiere mayor atención o, caso contrario, es una misteriosa recopilación de información que busca adiestrarme en un caso de manual, un esfuerzo individual que caza el conocimiento aún no adquirido ?

Quiero valerme de la siguiente experiencia para exhibir mi punto: meditando en mis ejercicios pendientes de variable compleja, recordé lo que es en definitiva para un matemático sacar el conejo del sombrero, práctica muy utilizada por docentes universitarios. Tratando de calcular i, mi maestro no paraba de decir que era más sabio por viejo que por… bueno, por cualquier otra razón, y si usted conoce algo del asunto, entenderá lo frustrante de resolver este problema propuesto. De lo contrario, al igual que yo, se sentirá frustrado las siguientes doce horas y sus comidas las apreciará insípidas, no se preocupe, será normal, y como consejo le digo, no trate de buscar la solución en Google. Recomiendo, como un favor personal, no se afane, cuando encuentre o, mejor dicho, “vea” la solución, sabrá qué es adentrarse en la madriguera. Y sí, cuando la vea, se encontrará en otro nivel, y será capaz de enseñarla.

Sin embargo, es aquí cuando el sendero se divide en dos, y se desprenden las siguientes tesis: es el investigar una acción similar al buscar cómo calcular i i, o en contraposición, es el investigar el responder de dónde o qué razones llevaron a tomar i = e i/2) ; en mi humilde opinión, aunque para ambas acudimos a “buscar respuestas”, la primera búsqueda es simple mecánica que se aprende viendo, pero la segunda, de seguro necesitará madurar más de un concepto o dos, y necesitará tiempo, pues créame, no es inmediato, solo Alicia es capaz de seguirle el diálogo a un sombrerero loco y a la liebre de marzo.

Así que, usted lector, en este punto, puede continuar su viaje solo e iniciar a partir de cualquiera de las dos tesis señaladas, y espero, cuando haya decidido qué es la investigación, su viaje haya sido igual de apasionante que el mío.

 

Juanita del Mar Ramírez Weaver

 

REFERENCIAS

[1] Campos, Alberto. Descripcion aproximante de la actitud investigativa. Manuscrito.

 

 

 

Carácter Académico: Institución Universitaria. Personería Jurídica por Resolución 18537 del 4 de noviembre de 1981 del Ministerio de Educación Nacional. Institución de Educación Superior sujeta a inspección y vigilancia por el Ministerio de Educación Nacional (Art. 2.5.3.2.10.2, Decreto 1075 de 2015). Vigilada Mineducación.
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