Niveles de lectura

Leer es una actividad mental exigente. Una persona que lee emprende la decodificación de signos de una lengua para su reinserción en un contexto determinado, además de que activa, durante el proceso lector, sus conocimientos previos y su capacidad inferencial. Por esta razón, la concentración tiene un lugar de primer orden: son muchos los elementos que están en juego mientras se lee, desde preguntarse por el origen del texto y sus cualidades intrínsecas, hasta sus mecanismos textuales y su finalidad o propósito discursivo.

Con el fin de refinar esta habilidad comunicativa, se repasarán a continuación los niveles de lectura (FUKL, 2018) propuestos por el ICFES, entidad encargada de evaluar la calidad de la educación en Colombia, en el componente de lectura crítica de las pruebas genéricas.

Cada uno de estos niveles está relacionado con una pregunta específica. En el primero, denominado literal –“conforme a la letra del texto, o al sentido exacto y propio” (DRAE, 2014)–, se demanda información puntual o explícita. Datos tales como el autor, el vocabulario, los personajes que intervienen, los sucesos principales, los conectores y los indicios temporales y espaciales figuran en este nivel.

El segundo nivel es inferencial. En esta etapa se recupera información que no se encuentra de manera explícita. En este momento la lectura se torna activa, pues implica que el lector, con base en las pistas ofrecidas por el texto, deduzca cuál es la intención comunicativa (si narrar, exponer o argumentar, por enumerar las básicas) y el propósito específico del mensaje, así como reconstruir la información sugerida e implícita.

Por último, en el nivel de lectura crítica, y apoyándose en los anteriores, se puede evidenciar el contexto de aparición de un texto y a qué intereses responde, pues todo discurso tiene como trasfondo, de manera más o menos consciente, unos intereses políticos, económicos e ideológicos de quien lo escribe. A partir de la evidencia de dicho contexto, cada lector puede asumir una toma de posición o punto de vista sobre lo leído, así como crear intertextualidades.

Todo lector vive permanentemente bajo el imperativo de la interpretación. El mundo de símbolos, signos e íconos que sale a flote en cada lectura implica, en su apropiación, un entrenamiento que brindan la educación y el hábito. Por esto, leer es una práctica clave en cualquier etapa formativa: “el ejercicio de procesar inferencias a partir de los signos indiciales (…) permitirán al lector construir hipótesis sobre la intención del autor [y de cada texto,] y su verificación en acciones de monitoreo y comparación continuas” (García-Dussán, 2014, p. 120).

Referencias:

Fundación Universitaria Konrad Lorenz. (2018). Taller preparación prueba Saber Pro. [Presentación de Power Point]. Bogotá, Colombia.

García-Dussán, É. (2014). La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora. Enunciación, 19(1), 116-134. Doi: http://dx.doi.org/10.14483/udistrital.jour.enunc.2014.1.a09

Real Academia Española. (2014). Diccionario de la lengua española. Bogotá: Planeta.

 

Carácter Académico: Institución Universitaria. Personería Jurídica por Resolución 18537 del 4 de noviembre de 1981 del Ministerio de Educación Nacional. Institución de Educación Superior sujeta a inspección y vigilancia por el Ministerio de Educación Nacional (Art. 2.5.3.2.10.2, Decreto 1075 de 2015). Vigilada Mineducación.
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